Vuelve el frío. Los días son más cortos, las noches se alargan… El invierno se acerca y con él ¡las Navidades! Hay que empezar a pensar en qué regalaremos este año: algo original, útil, con significado… Pero, ¿qué?
Resolvemos tus dudas: un árbol. Pero no uno cualquiera, sino un árbol muy especial.
Desde hace años, las artesanas de Semilla para el Cambio confeccionan con sus manos unos pequeños colgantes en forma de árbol.
Están hechos de manera artesanal, con técnicas de cosido tradicionales y vistosas telas indias seleccionadas con mucho mimo en mercados de la ciudad sagrada de Varanasi, a orillas del río Ganges. Este dedicado proceso de elaboración convierte a cada producto en único y hace que el árbol de tela sea uno de los regalos solidarios de Semilla para el Cambio con más éxito.
Y es que no se nos ocurre un regalo mejor para las fechas que se aproximan: estos abetos son perfectos para darle un toque navideño a la decoración del hogar, al árbol de navidad o llevarlos colgados del bolso, la mochila o el coche.
Pero, sobre todo, porque tan pequeños como son, estos árboles tienen grandes poderes: cambian vidas en Varanasi. Permiten que muchas familias vulnerables a la pobreza opten a un trabajo en condiciones dignas, y que Semilla para el Cambio mantenga sus proyectos y siga plantando el germen de la transformación social.
Además, en la cultura india, los árboles son un símbolo sagrado de la conexión del ser humano con la naturaleza, con la que debe estar en paz y armonía. Plantar un árbol, creen, es una forma de conservar el alma de la naturaleza en la tierra.
Así que con tu compra solidaria ayudarás a las artesanas de los barrios de Dashashwamedh y Sigra, y mantendrás de manera simbólica el espíritu de la naturaleza entre nosotros y nosotras. Que este bonito símbolo te acompañe a ti y a tus seres queridos en el comienzo del año nuevo.
¿Sabías qué… El árbol más grande del mundo está en India? Es un baniano que ocupa 19.000 metros cuadrados y se ha convertido en el árbol nacional del país. Está en la reserva de Kadiri, en Andhara Pradesh, tiene nombre de mujer -Thimmamma Marrimanu- y, además de árbol, es un bosque y ser divino. Los budistas piensan que sus hojas y frutos tienen poderes curativos y medicinales, mientras que los hindúes lo veneran como ser sagrado. Para ellos, representa la trinidad divina: el dios de la creación, Brahama, está en sus raíces; Krishna, la encarnación del gozo y del amor, en su tronco; y Shiva, representante de la muerte y el renacimiento, en las hojas. También se cree que es fuente de vida y que bendice con la fertilidad a las parejas que le rezan.