El pasado siete de diciembre, un envío muy especial salía de Varanasi (India) rumbo a España. Más de un millar de regalos solidarios elaborados en los talleres del programa de empoderamiento de la mujer de Semilla para el Cambio. Pañuelos de seda, collares, pulseras, llaveros, marcapáginas o bolsas de tela que esta Navidad muchas personas han elegido como regalos para alegrar la vida del que lo recibe y ayudar a cambiar la vida de las que los crean.
Asha, Marina, Hasina, Khoteja, Babita, Rajina, Pyari, Jaheema, Mazeeda, Buli, Tajkera, Laltusi, Baisun y Ramila son las mujeres que están detrás de estos regalos tan especiales. Mujeres de los slums de Varanasi (barrios de chabolas) que hasta su entrada en los proyectos de Semilla eran analfabetas y se dedicaban, en su mayoría, a recoger basura por las calles para colaborar con el sustento familiar. Ahora saben leer, escribir, hacer operaciones matemáticas básicas, coser e incluso pintar cuidadosamente a mano la seda. Dos de ellas también son promotoras de salud y enseñan a sus vecinos pautas básicas de sanidad e higiene.
“Desde que estamos aquí, nuestra vida ha cambiado –nos cuenta Marina-. Algunas empezamos pintando pañuelos y ahora, además, trabajamos en el taller de artesanía, donde ganamos un buen sueldo que invertimos en nosotras y nuestra familia”. Ella fue una de las primeras artesanas de Semilla y nos cuenta que gracias al salario que gana en la ONG puede comprar alimentos mejores y productos básicos que no se podrían permitir sólo con lo que gana su marido.
Otras, como Laltusi, han conseguido ahorrar lo suficiente para comprar un pequeño terreno en su aldea natal, donde piensa construir una casa en el futuro, algo que nunca había imaginado que pudiera hacer.
En el taller de artesanía y en el taller de Marina Silk (de pintado de pañuelos de seda) el ambiente de trabajo es familiar y cooperativo. Todas se sientan en círculo en el medio de la sala, con los materiales en el medio, y empiezan a trabajar entre conversaciones y risas.
Y es que el taller es también un lugar de dispersión, de confidencias y un espacio de conciliación. “Además de tener un sueldo, estamos todas juntas. Y esto es bueno porque algunas tenemos problemas en casa, pero aquí somos felices”, destaca Piyari. “Estamos entre amigas, trabajamos juntas y nos lo pasamos muy bien”, añade Jahima.
Este aspecto personal es una parte muy importante de los proyectos de empoderamiento de la mujer de Semilla. No se trata sólo de darles un trabajo, también de darles un espacio en el que sentirse seguras y en el que poder desarrollar su autoestima y su independencia. “Mi marido se casó con otra mujer –cuenta Tajkira, que es de religión musulmana- y yo me quedé desamparada. Pero conseguí trabajo en Marina Silk, donde gano un buen sueldo que me ayuda a vivir, además, en su momento, me prestaron brindaron económica con un anticipo de mi sueldo para poder pagar la boda de mi hija”.
Entre puntada y puntada, esta veintena de mujeres indias se sienten un poco más independientes y satisfechas con su vida que hace unos años. “Somos muy felices desde que trabajamos aquí. Antes no sabíamos qué era sentirse feliz. Las visitas que vienen aprecian nuestro trabajo y siempre nos dicen que hacemos muy buen trabajo. Además la directora nos cuida mucho a todas. Nos ayuda y nos apoya en todo”, afirma…
Todo esto se refleja en los regalos solidarios que salen de sus manos. Cada uno de ellos lleva escrito un poco de la historia de estas mujeres, historias de superación y empoderamiento que están abriendo un pequeño sendero hacia un cambio en la sociedad patriarcal india.
Desde aquí queremos dar las gracias a todos y todas las que estas Navidades habéis elegido regalos solidarios. ¡Gracias por ayudar a cambiar vidas!